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Euribor

¿Qué es el Euribor? ¿Por qué los intereses están negativos? ¿Quiénes ganan y quiénes pierden? En este artículo revisamos cómo el euribor negativo afecta a los bancos y a sus clientes. 

El Euribor es el tipo de interés promedio de la banca europea y recién cumple cinco años en negativo. Ya que fue por febrero de 2016 cuando se situara por primera vez debajo de cero (-0,008%).

Todos los análisis parecen indicar que se mantendrá todo este año en torno al -0,45% y alrededor de -0.42% para 2022.

El Euribor en tasas negativas es una anomalía a la que nos estamos acostumbrando. Especialmente con la llegada de la pandemia, que hace preveer que los tipos de interés se mantendrán cercanos a cero hasta el 2027.

¿Por qué el Euribor está en negativo?

El Euribor negativo es una consecuencia de la política bancaria.  Debido a la baja inflación y crecimiento moderado, el Banco Central Europeo (BCE) toma medidas, con la finalidad de dinamizar la economía.

Para ello los Bancos Centrales otorgan dinero a coste cero, con la finalidad de que los bancos se lo presten a los clientes. Igualmente las tasas de depósito negativas buscan que los prestamistas hagan algo más productivo con su dinero que dejarlo parqueado en las bóvedas del BCE.

Esta estrategia también está diseñada para apoyar más a los exportadores de la eurozona, manteniendo los precios internos estables, mientras se encarecen las importaciones.

¿Quiénes ganan?

Con la bajada de los tipos de interés las familias han tenido un respiro ya que han ahorrado dinero en la cuota de su hipoteca.

La financiación barata es siempre un viento favorable para la compra de inmuebles. En este sentido, la demanda del mercado residencial ha contribuido a dinamizar el sector inmobiliario.

¿Quiénes pierden?

Mientras los tenedores de hipotecas se han visto beneficiados, los ahorradores han sido perjudicados con tasas de interés negativas impuestas por el Banco Central Europeo (BCE).

Esto conlleva a que los titulares de una cuenta no reciban nada por tener su dinero en el banco. Por si fuera poco, además son castigados por tener cuentas de ahorros superiores a 100.000€.

Esto significa que los bancos cobran por tener el dinero en el banco, es decir cuando un ahorrador retira su dinero del banco obtiene menos dinero del que en su día ingresó.

Algunos inversores y bancos prefieren perder dinero manteniéndolo en el BCE a tasas negativas que obtener beneficios por la financiación a terceros, dado el alto riesgo de morosidad existente.

En definitiva, las tasas negativas del BCE no brindan rentabilidad pero si seguridad en tiempos difíciles.

La realidad bancaria

Los bancos no son los culpables de los intereses negativos, sino que por el contrario son también una parte perjudicada. De hecho  han visto mermar su margen de beneficio y rentabilidad.

La situación antes descrita ha obligado a los bancos a enfrentar grandes cambios, entre los que destacan restructuraciones y fusiones.

Toda esta transformación ha ido aparejada con la automatización de procesos y la digitalización de los clientes lo cual reduce la carga de trabajo de los agentes bancarios.

Pero si este panorama se mantiene llegaremos al dilema de las hipotecas con intereses negativos, que plantea si los bancos deben o no,  devolver dinero a sus clientes. A lo cual los banqueros se niegan rotundamente.

No obstante, los contratos fueron hechos para respetarlos, así que la banca debe pagar por los intereses negativos generados tal y como cobra cuando se produce un repunte del Euríbor y así lo advierte la OCU.

Los nuevos retos que afronta la banca

Afortunadamente la pandemia coge a los bancos muchos mejor capitalizados que en la crisis financiera de 2008, aunque por debajo de la media europea que se sitúa en 14,7% frente a la española 11,8% según reseña el Diario La Vanguardia.

No obstante, la realidad actual ha obligado a los bancos a desvirtuar un poco su modelo de negocio. Recordemos que la labor tradicional de la banca consiste en captar fondos para colocarlos, se trata de una intermediación financiera entre personas superavitarias y deficitarias de capital.

Los intereses negativos, la alta moratoria e hipotecas poco rentables han obligado a los bancos a vincular las hipotecas a otros productos que les generan mayores ingresos tales como; los seguros, los fondos de inversión, de pensiones, etc.

Dada la falta de rentabilidad de los bancos veremos durante el presente año un cambio de política de las entidades bancarias respecto a las comisiones.

Cada vez se irán sumando más entidades tras la tentadora estrategia de cobrar a los clientes por guardar su dinero. Todo indica que se acabarán las cuentas cero (sin comisiones), que se exigirán nominas por importe mínimo de 600€, un sinfín de domiciliaciones y productos contratados para reducir costes bancarios.

Estas nuevas medidas pueden costarle al titular de una cuenta entre 60 y 240€ más, al año, de lo que venía pagando por comisiones bancarias.

La orientación al cliente es la clave

En el sector de la banca al igual que en otros muchos negocios, el cliente debe ocupar el centro de las decisiones. Por lo consiguiente la banca se enfrenta al reto de conseguir una mayor orientación al cliente.

Ello significa conocer el perfil de sus clientes, diseñar soluciones que den respuesta a sus necesidades reales, mejorar la calidad de atención  y entender que no son simples receptores de sus productos financieros.

La llegada de las fintech y la entrada de las grandes tecnológicas en el sector financiero está acelerando el cambio de paradigma, por lo que la clave de la banca está en continuar recuperando la confianza de los consumidores.

“Lo que más odio de la banca es que reduce a la gente a cifras“ – Ben Pickert –

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