Invertir a corto plazo es para quienes viven hoy sin importar el mañana lo cual comporta grandes riesgos para el capital, mientras que invertir a largo plazo es una sabia decisión para asegurar estabilidad y rentabilidad en el tiempo.
Por lo antes expuesto, los expertos afirman que las tres principales características de un inversor con éxito son: conocer bien sus aspiraciones y objetivos, diversificar el riesgo con productos de diferente índole y ser paciente!!
El factor tiempo en las inversiones
Las operaciones en bolsa comportan ciertas comisiones que se ven absorbidas en el tiempo, de hecho el 95% de las inversiones inician en pérdida. Por ello, los corredores de bolsa aseguran que el tiempo es el mejor aliado de un inversor.
Un estudio de JP Morgan utilizó datos de los movimientos más grandes del S&P 500 y constató que mantener la inversión durante 20 años habría generado una rentabilidad neta del 483%. Por el contrario, perder solo los 10 movimientos más importantes en ese lapso de tiempo habría reducido su rendimiento a un 191% y perder los 30 mejores días, un rendimiento inferior al 20%.
En resumen, el largo plazo siempre es una opción ganadora. Por tanto, mientras más largo es el plazo, más positiva es la rentabilidad.
El largo plazo funciona
Muchas veces los inversores se ponen nerviosos cuando ven que el mercado bursátil experimenta caídas, pero entrar y salir del mercado en momentos de volatilidad puede acarrear grandes pérdidas. Además las acciones tienen probabilidad 50-50 de subir o bajar, ello quiere decir que una acción puede bajar de forma finita hasta cero; mientras que al revés no tiene techo o límite, puede subir de forma infinita ¡Por lo que a menudo vale la pena esperar!
En conclusión, no hay que precipitarse sino dejar que los títulos valor sigan adelante, porque es muy probable que a largo plazo se observe su revalorización y consecuentemente su rendimiento.
A qué se debe el comportamiento cortoplacista
Según los datos del índice NYSE, la duración media del período de tenencia por parte de los inversores estadounidenses era de 7 años en 1940 y de 8 meses y medio en 2019. En el caso de Europa no sólo se ha reducido el período de tenencia a 5 meses sino que las llamadas «maquinitas» del High-Frequency Trading (HFT) han ganado una notable operatividad en el mercado concentrando entre el 30-40% del volumen de acciones bursátiles.
Los inversores nuevos se interesan por el trading o inversiones en bolsa a corto plazo, pero afortunadamente con el paso del tiempo van aprendiendo de sus errores y adquiriendo cultura financiera, lo que hace que se interesen por inversiones a largo plazo como el value investing o la inversión pasiva en índices bursátiles.
Internet ha sido el catalizador del cortoplacismo, ya que ha otorgado inmediatez a la noticia y ha hecho posible que las métricas seas abundantes y fáciles de obtener. Todo indica que vivimos en la tiranía del ahora, con un marketing que exige resultados inmediatos y unas empresas que operan con el sentimiento contante de urgencia.
En marketing la mejor manera de aumentar el crecimiento de ventas a largo plazo es construir una marca. El corto plazo provoca picos de ventas pero no construye una base sólida sobre la que actuar.
De forma similar pasa en las inversiones bursátiles, ya que las inversiones a corto plazo provocan riesgo e incertidumbre. Por el contrario las inversiones a largo plazo aseguran estabilidad y rentabilidad.
Decía Benjamín Graham inversor, autor, profesor y padre del Value Investing que «no hay que preocuparse demasiado por las erráticas fluctuaciones en los precios del valor, puesto que a corto plazo el mercado de acciones se comporta como una máquina de votar, pero a largo plazo actúa como una báscula»
De forma resumida, explicaba la diferencia entre el corto y largo plazo de una forma tan sencilla como quien distingue entre especular e invertir o entre el azar y la seguridad.
7 Razones para volver a invertir a largo plazo
No hay que dejarse seducir por la tendencia del cortoplacismo, sino aprovechar las grandes ventajas que brindan las inversiones bursátiles a largo plazo. A continuación, las razones:
1.- Pagas menos comisiones e impuestos
Invertir a corto plazo significa realizar muchas operaciones de compraventa, y esto implica pagar más por comisiones. Si por el contrario, logras reducir de manera significativa los costes de inversión, conseguirás impactar positivamente en la rentabilidad final.
2.- Cometes menos errores
El cortoplacismo trae aparejado un gran volumen de transacciones, decisiones y errores. Todo lo contrario ocurre con las inversiones a largo plazo, donde las tomas de decisiones son mínimas, y por tanto, el riesgo a equivocarse también.
3.- Corriges errores en el tiempo
Cuando el mercado baja mucho, te da miedo entrar porque puede seguir bajando. Cuando el mercado sube mucho, quieres entrar a toda costa para no perderte las subidas pero puede darse la situación contraria a la esperada. Las inversiones a largo plazo ayudan a mitigar o corregir la entrada en un momento inadecuado.
4.- Recibes todos los dividendos e intereses
Con las entradas y salidas se dejan de percibir los dividendos de las acciones de las empresas y los intereses de los títulos de deuda, por lo tanto las inversiones a largo plazo marcan la diferencia en el resultado final de una inversión.
5.- Aprovechas al máximo el interés compuesto
El tiempo y el interés compuesto son los dos elementos que hacen que tus inversiones más crezcan. Especialmente si acumulas ahorro, reinviertes los dividendos e intereses obtenidos y mantienes la inversión a largo plazo.
6.- Reduces el riesgo y aumentas la rentabilidad
Cuando inviertes a largo plazo la rentabilidad media se vuelve mucho más estable. Esto se puede comprobar al estudiar la media anualizada de rentabilidad del índice S&P 500 con reinversión de dividendos, en los últimos 50, 30, 20 o 10 años, notaremos que ha sido del 10,04 %, 11,08 %, 9,03 % y 8,34 % respectivamente.
7.- Es más fácil y más rentable
La mejor estrategia consiste en la construcción de una cartera diversificada con activos que se correspondan con tu capacidad de riesgo en el tiempo. Esto quiere decir que invertir a largo plazo requiere menos trabajo y esfuerzo que cualquier otra alternativa de inversión.
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