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LOS PEAJES DE LA BANCA

By No Comments3 min read

PeajeA la conocida restricción al crédito y los altos costes bancarios que soporta la empresa en España, hay que sumar los “peajes”, que cada vez de forma más frecuente, imponen a sus clientes.

Nos referimos a esos casos en los cuales el Banco, cuando tiene entregado al cliente en una operación de obtención de financiación, aprovecha la debilidad negociadora de éste, probablemente agotada en grandes discusiones sobre los tipos de interés y comisiones que le aplican, y se le imponen nuevas condiciones que nada tienen que ver con la operación de financiación que se estaba negociando.

Prácticas como la imposición de seguros, la obligatoriedad de realizar pagos de seguros sociales o impuestos, que conocíamos de toda la vida, se ha visto aumentada con innumerables nuevas prácticas abusivas de difícil tolerancia.

Casos como el del banco que obliga a la empresa a endeudarse por una cantidad superior a la solicitada, para obligarle a que ese exceso se coloque en una imposición a  plazo fijo o depósito, en unas acciones que el banco tiene que colocar, o queden pignorados sin ninguna retribución en una cuenta corriente. Y eso por no tocar el tema de preferentes o salida a Bolsa de Bankia.

He llegado a ver un caso en el que obligaban a tener un plazo fijo ligado a la vida del préstamo por el 50% de su importe (obviamente, la retribución del plazo fijo era casi la décima parte del coste de financiación del préstamo).

Sabemos que no es una política habitual de los bancos la de aplicar ese tipo de exigencias como contraprestación a la concesión de una financiación (que ya se haya suficientemente retribuida con los intereses y comisiones que cobra el banco). Pero también conocemos la enorme presión comercial que se ejerce sobre la red de oficinas y directores para cumplir exigentes objetivos trimestrales tanto en productos de financiación como en otras operaciones y servicios. Y que en caso de incumplimiento de esos objetivos la retribución del empleado bancario que no los alcanzó se verá notablemente disminuida.

Por ese motivo,  en muchos casos, ese directivo bancario presionado ve la oportunidad de oro para poder cumplir con sus objetivos comerciales cuando tiene frente a sí a una empresa necesitada de financiación, dispuesta a admitir lo que sea porque las presiones de circulante le impiden cumplir a corto plazo con sus obligaciones de pago y pone en riesgo su negocio.

Y se producen acuerdos de financiación (o imposiciones) que aunque sean legales, son completamente inmorales, porque el coste de financiación que impone el Banco (entre intereses, comisiones y “peajes”) suponen tasas efectivas de usura.  Y desgraciadamente, al cliente le dejan en la tesitura de “o lo tomas o lo dejas”.

La única manera de evitar que se sigan produciendo este tipo de prácticas abusivas es la denuncia ante el defensor del cliente de cada banco, y al Servicio de Reclamaciones del Banco de España.

 

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